lunes, 24 de septiembre de 2012

Los misterios de la Inquisición



En la campaña de descrédito a la Inquisición española, fomentada por los intelectuales occidentales a lo largo del siglo XIX he descubierto este libro escrito por un enigmático y desconocido M.V. de Fereal. Un folletín, didáctico y popular, con moraleja incluida, que ilustra con una prosa postromántica los entresijos de la Inquisición española, actuando  en la ciudad de Sevilla, en pleno reinado del emperador Carlos V,  contra un grupo de mujeres que no hacían otra cosa que vivir de forma candorosa en una sociedad marcada por el oscurantismo. Un novelón folletinesco, típico de la época, editado por la popular editorial barcelonesa Casa Maucci.

Parece un libro de encargo, escrito posiblemente por un ‘negro’ al servicio del editor italo-español Emanuele Maucci, personaje establecido en Barcelona en 1892, después de haber aprendido el oficio de impresor en Paraguay, Buenos Aires y México y que fundó una editorial con una doble intencionallidad aparentemente contradictoria: difundir las ideas del progreso decimonónico y las del esoterismo de las grandes ciencias ocultas, por medio de la cultura de consumo. Pero no. Este folletín se debe a la fantasía de una escritora austro-húngara, de nombre Irene de Suberwick, que utilizaba el seudónimo de Viktor von Féréal (traducido al español Víctor de Fereal), que usaba el francés como lengua literaria y era la amante de un militar liberal español que desmontó, hacia 1840, a una banda de criminales organizados, conocida con el nombre de la Garduña, y cuyos orígenes son descritos en este relato.

Casa Maucci editó durante 40 años (1892-1936) obras basadas en criterios liberales y de 'progreso', a través de traducciones de escritores de procedencia francesa, de literatos surgidos de los países hispanoamericanos, sobre todo de poetas no reconocidos por la cultura oficial hispana y apoyó a novelistas españoles, enmascarados folletineros, que se escondían bajo el seudónimo para firmar sus panfletos y cobrar míseramente su producción escrita.

Misterios de la Inquisición de España’, es una verdadera joya, tremendista, sarcástica, moralista, con un tinte anti-conservador, muy al gusto de lo que muchos lectores de la época pedían y querían leer sobre la denostada inquisición española, de sus culpas y atrocidades cometidas. Dar continuidad a la inefable Leyenda Negra anti-española, en definitiva... Era un tema de 'moda en aquellas décadas. Aunque la edición que presentamos en este artículo es la del año 1900, esta novela fue editada por primera vez en España en el año 1869, tras la Revolución que destronó a Isabel II. Entonces, Juan Pons, librero barcelonés, fue el impresor de este novelón, que reeditó con soberbios dibujos de Eusebio Planas en cuatro ediciones consecutivas de gran éxito. A finales de siglo, el oportunista Manuel Maucci logró traducir de nuevo la obra y reeditarla con nuevos grabados, que quedaron retenidos en la memoria colectiva de las clases populares a lo largo del siglo XX.

Como dice la misteriosa autora al final dela novela, y a modo de moraleja, cuando tranquiliza a sus lectores al recordarles que por suerte, en España, desde 1821 no existe la Inquisición, señala, advirtiéndoles: “…con todo, los inquisidores han dejado muchos sucesores de sus mostruosas doctrinas, sacerdotes fanáticos, aventureros soldados a la fe, ardientes familiares de la Santa Sede, feroces genízaros del Papa, que quieren gobernarlo e invadirlo todo en nombre de la religión (…). Pero se encontrarán felizmente hombres prontos a sacrificarlo todo para quitarles (a los neo-inquisidores) su infame máscara.”

¡Cuanta razón tenía la misteriosa dama literata! [aplicable a otras religiones y demás demagogias políticas 'monoteistas']