‘Mascarones de proa y exvotos
marineros’ de Julián Amich es una de estas joyas buscadas por los aficionados a
la náutica, de la historia marítima y el arte popular.
Tiene todo el valor de un libro incunable.
Es decir, de un libro primigenio, y que ha servido de estilo a muchos libros
posteriores escritos sobre asuntos de mar. Un libro concebido en el año 1946, convertido
en un verdadero clásico de la literatura de mar. La obra es de un marino, Julián
Amich, que fue escritor de novelas populares y periodista. Su faceta de escribidor de narraciones populares (‘pulps’)
vendidas a bajo precio entre los años 30 y 40, marcó mucho el estilo de este literato
y la posterior narrativa volcada en enaltecer el patrimonio marítimo. Cuando Amich quería escribir de lo que de
verdad sentía y valoraba, escribía sobre cosas del mar. El resto de su producción novelística
y teatral era, sinceramente, para ‘fer bullir l’olla’. Es decir, poder sobrevivir
y comer en una España dura y difícil en la que le tocó vivir.
‘Mascarones y exvotos marioneros’
es eso, una obra entrañable, por sincera y estimada. Era una de sus obras más
queridas. Le apasionaba el mar y se nota
en este escrito, por sus detalles, descripciones y reivindicaciones. Todo eso
se evidencia en el libro, que aparte de describirnos una serie de ‘objetos artesanales’,
está lleno de sugerencias, de anécdotas, de información de cómo era el mar en
los tiempos de la vela. Y comprobamos con la atenta lectura que aquellas tallas
de expresivas figuras esculpidas, que se ubicaban en las proas de las
embarcaciones y daban personalidad y carácter a las gráciles embarcaciones que
cruzaban los mares, eran mucho más que un mero entretenimiento de negocio artesanal.
Esta actividad, se exterminó
cuando las marinas mercantes de todo el mundo abandonaron la ecológica propulsión
a la vela y dejaron obsoletas a las embarcaciones construidas con nobles
maderas, para volcarse al duro metal.
Fue entonces cuando el romántico Julián
Antich se propuso salvar del olvido esta manifestación de la cultura marítima que
impregnó a los hombres de mar desde el inicio de la navegación, y que por ser
tan cotidiana y normalizada, no se la valoró hasta que estas piezas empezaron a
perderse o convertirse sus maderas en leño excelente para las hogueras en las
noches de San Juan.
Junto con su amigo y colega Paco Condeminas,
intentaron reunir el máximo número posible de mascarones de proa, aún supervivientes tras la guerra civil española y
del desdeño del que fueron víctimas, a lo largo del inicio del siglo XX y preservarlos
de la extinción.
Paralelamente, [Amich era narrador convulsivo], escribió este opúsculo para concienciar a la sociedad de su momento sobre el valor de este arte y emocionar al posible lector con su singular lectura. Su propósito aún es válido en este siglo XXI, transcurridos 65 años de la publicación de esta obra.
Paralelamente, [Amich era narrador convulsivo], escribió este opúsculo para concienciar a la sociedad de su momento sobre el valor de este arte y emocionar al posible lector con su singular lectura. Su propósito aún es válido en este siglo XXI, transcurridos 65 años de la publicación de esta obra.
Ahora las distintas piezas
recuperadas, la mayoría descritas en este libro, forman parte de una de las
salas más interesantes del Museu Marítim de Barcelona.
Puedes adquirir este libro versión
PDF contactando con la colección Los Libros del Pirata