Continúan fuertes. La presentación de un libro sobre la
revista Strong, me lo constató, Los viejos rockeros nunca mueren. He estado en
un acto recordatorio de la vida de esta publicación, que durante tres años
irrumpió en el apacible sector de la historieta grafica española, plantando cara a
la entonces fuerte Editorial Brugera y he revivido algo de aquella época. En el fondo fuí a ver a mi colega y amigo Rai Ferrer, al que
hacia tiempo no saludaba, y me emocioné. A Rai, instigador de este remake,
de dar vida de nuevo a un simulacrado Strong bajo formato libro, lo he visto tan vital como siempre. He compartido con él, y con el coautor del
libro, Miguel Agustí, estos momentos de gozo que toda aventura editorial despierta. La gente enamorada de la
historieta gráfica, del cómic, del TBO, ¡o cómo se quiera llamar!, -que para esto
hay intelectuales en la materia-, tienen un motivo para
disfrutar. Agenciarse con este libro antológico del comic de siempre.
En esta reunión recogí las anécdotas que el sabio de Rai sabe explicar y
recrear, y compartí un momento agradable con otros amigos y también colegas, [estos sí, apasionados de las historia gráficas como Ramón de España y Joan Navarro],
presentes también en el acto.
Rai Ferrer, director de Strong |
Hacía tiempo que no veía a Rai. Y me alegré verlo de nuevo. Y como siempre, vital y entusiasta. Nos explicó muchas cosas. El podría relatar, como nadie, la historia de las editoriales españolas dedicadas a la cultura popular. Como siempre, con auténtica pasión de novelista,
de historietador, manifestando sus conceptos iconográficos, y de cómo, a pesar de su barniz
libertario y ácrata de toda la vida que proyecta, respeta ciertos principios pequeño burgueses -o burgaleses-, que son ineludibles en todo viejo
rockero, -o puede que por ello-. Yo me quedo con su aprecio a la persona, al individuo, a la libertad de expresión, a su entusiasmo por el teatro,
a sus amigos de siempre, por su amor al cine y a las artes que fueron renovadoras, revolucionarias y revulsivas a
lo largo de las décadas prodigiosas que le ha tocado vivir.
Evidentemente, este era el leiv motiv de la reunión, y Rai nos
explicó como fue la génesis en resucitar, ahora, de nuevo Strong. Nos contó que fue una reacción visceral,
cuando vio, hace pocos años, en internet, como muchos internautas, fanáticos del
comic y de la historia de los tebeos, se pasaban archivos con los dibujos y las
páginas de su Strong querido, que tenía casi olvidado en el baúl de los
recuerdos, y como, junto con Miguel Agustí y la preciosa colaboración de Albert Mestres, que ha
hecho de editor, pensaron que sería bueno lanzar al mercado, y facilitar -para todos
aquellos que no pudieron leer, ni tocar los ejemplares de Strong, en los años que
se publicó-, la edición de un libro que recogiera lo
mejor y lo más destacado de la publicación.
Una publicación que en su momento quiso ser un grito de
libertad en el mundo de las historieta, en contraposición al stablishment de la
época, sometida a la casta editorial de aquellos años, que representaban, en aquellas décadas, las maravillosas historias publicadas por las decenas de revistas que
semana a semana editaba Bruguera: El Imperio de la época.
Strong, en su dureza maneable por la influencia de la historieta
franco-belga, duró lo que duró, pero sirvió, sin lugar a dudas, para crear un
nuevo espíritu de liberad, en este género icono-literario, que se abría por aquellos años, con la mira puesta hacia nuevos y desconocidos rumbos. Enseñó una forma
nueva de publicar comics, y de entender la libertad como eje prioritario de la
creación. Y el guante fue recogido por una nueva generación de dibujantes creativos, la mayoria antisistema,
undergrounds, anticomerciales, con una fuerza creativa que hizo de estos futuros
dibujantes, uno de los activos más importantes de la creatividad, al margen
del establishment, autoexcluidos, en aquel momento, del bussines imperante en el mundo editorial, y que con
unos medios artesanales -ciclostil, fotocopias, fanzines- crearon una escuela que superó los viejos esquemas. Con
formatos novedosos, formatearon la gran
escuela del comic mediterráneo, del sur de Europa, a lo largo de los setenta y ochenta.
Esto, creo fue la fuerza de Strong. Liberar sinergias. Y en esta representación, en este remake en el que
asistí, representado en el caserón gótico de la calle Mercaders de Barcelona, 40 años después del lanzamiento de Strong, lo he constatado de nuevo.
Rai Ferrer y Miguel Agustí, 'alma maters' del mítico 'Strong,' en el caserón gótico de Mercaders |